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Avanzar rápido no siempre significa avanzar bien

Cómo un avance mal secuenciado puede generar retrasos financieros y comerciales más adelante
29 de diciembre de 2025 por
Avanzar rápido no siempre significa avanzar bien
INFOTOOLS, Ramon Malo Guajardo
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En muchos desarrollos inmobiliarios, “avanzar rápido” se percibe como una señal positiva. Más metros construidos, más frentes abiertos y más actividad en obra generan tranquilidad tanto en equipos internos como en inversionistas. Sin embargo, velocidad no siempre equivale a progreso real.

Para dueños y directores de desarrolladoras, el verdadero riesgo aparece cuando el avance no está correctamente secuenciado ni alineado con costos, flujo de efectivo y estrategia comercial. En esos casos, el proyecto parece ir bien… hasta que empiezan los retrasos financieros y las complicaciones en ventas.


El error de medir el avance solo por actividad visible

Una obra con mucha actividad no necesariamente es una obra bien encaminada. Cuando el avance se mide únicamente por volumen de trabajo o porcentajes generales, se pierde de vista lo verdaderamente crítico.

Mucho movimiento, poco impacto real

Abrir múltiples frentes de trabajo puede inflar el avance reportado, pero si no se respetan las dependencias entre actividades, el resultado es un avance desordenado.

Ejemplo real:

En un edificio de departamentos, se acelera la ejecución de acabados en niveles intermedios mientras instalaciones clave en niveles inferiores no están listas. El avance físico sube, pero el proyecto no puede cerrar etapas ni liberar pagos.



Cuando el avance mal secuenciado se vuelve un problema financiero

Un avance incorrecto no solo afecta la obra, también impacta directamente el flujo de efectivo del proyecto.

Avance que no se puede cobrar

Si el avance no está alineado con certificaciones o hitos contractuales, el desarrollador ejecuta trabajo que no puede convertir en ingresos en el corto plazo.

Capital inmovilizado innecesariamente

Trabajos adelantados fuera de secuencia consumen recursos antes de tiempo, presionando el flujo de caja.

Ejemplo real:

En un conjunto de vivienda en serie, se construyen varias casas hasta obra gris para “ganar tiempo”, pero la falta de urbanización retrasa la entrega. El capital queda atrapado en inventario sin posibilidad de escriturar.


Impacto directo en la estrategia comercial

El avance mal interpretado también genera fricciones con el área comercial.

Promesas de venta basadas en una percepción equivocada

Cuando dirección y ventas creen que el proyecto va más adelantado de lo que realmente está, se comprometen fechas que no se pueden cumplir.

Pérdida de confianza del mercado

Retrasos en entregas afectan reputación, generan cancelaciones y complican la comercialización futura.

Ejemplo real:

Una desarrolladora anuncia fechas de entrega basadas en porcentaje global de avance, sin considerar actividades críticas pendientes. Meses después, debe renegociar contratos y ofrecer compensaciones.



El problema no es avanzar rápido, es no saber qué avance importa

Avanzar rápido puede ser una ventaja solo cuando existe claridad sobre:

  • Qué actividades son críticas
  • Qué avances habilitan siguientes etapas
  • Qué impacto financiero tiene cada decisión

Sin esa visibilidad, la dirección pierde control estratégico.


La importancia de la visibilidad para dueños y dirección

Aquí es donde la visibilidad integrada se vuelve clave.

Ver el avance con contexto

No basta con saber “cuánto” se avanzó, sino:

  • Qué actividades se completaron
  • Cuáles desbloquean ingresos
  • Cuáles afectan fechas de entrega

Relacionar avance con costo y flujo

Un dashboard directivo permite ver si el avance ejecutado está alineado con:

  • Presupuesto aprobado
  • Flujo esperado
  • Estrategia comercial

Ejemplo real:

Un tablero muestra que, aunque el avance físico va al 65%, solo el 40% corresponde a etapas comercializables. La dirección ajusta el ritmo y prioriza actividades críticas.



Avance bien secuenciado = decisiones oportunas

Cuando la información está integrada:

  • Se priorizan frentes que generan valor
  • Se evita adelantar trabajo sin retorno
  • Se toman decisiones antes de que el problema escale

Esto no implica frenar la obra, sino dirigirla con criterio de negocio.


Conclusión

Avanzar rápido no siempre significa avanzar bien. En desarrollos inmobiliarios, un avance mal secuenciado puede generar retrasos financieros, conflictos comerciales y pérdida de control estratégico.

La diferencia entre correr y avanzar con dirección está en la visibilidad que tiene quien toma las decisiones.


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Avanzar rápido no siempre significa avanzar bien
INFOTOOLS, Ramon Malo Guajardo 29 de diciembre de 2025
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